19 de marzo de 2020.
JUEVES III DEL TIEMPO DE CUARESMA.
DÍA DE SAN JOSÉ
CICLO A
¡Paz y bien!
Evangelio según san Mateo 1, 16. 18-21. 24a.
“José, su esposo, era un hombre justo”.
Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo.
La generación de Jesucristo fue de esta manera:
María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo.
José, su esposo, como era justo y no quería difamarla, decidió repudiarla en privado. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:
«José, hijo de David, no temas acoger a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados».
Cuando José se despertó, hizo lo que le habla mandado el ángel del Señor.
¡Buenos días!
Sexto día de confinamiento en nuestras vidas. ¡Ánimo! no desfallezcáis que el Señor está con nosotros y hay una realidad incuestionable, ¡nos queda un día menos!
¡Feliz día de san José a todos y todas aquellos y aquellas que celebráis vuestra onomástica, como no, a todos los padres!
Hacemos un alto en nuestro camino cuaresmal y nos encontramos con una fiesta de las más entrañables que tiene nuestro calendario cristiano, el día de san José, ese día en el que ponemos en el centro de nuestras oraciones al padre en la tierra de Jesús, un hombre del que poco sabemos, pero del que las Escrituras nos dejan claro que era un hombre bueno y justo. Una bondad y una justicia que sí queda clara en su trato tanto con Jesús como con María, su esposa. Hoy, pues, es el momento, también, de exaltar un valor que muchas veces está muy denostado en nuestra sociedad: la bondad.
Y digo denostado porque cuántas veces no asemejamos la bondad con la debilidad desgraciadamente. Un ejemplo son expresiones como las de: “es tan bueno que parece tonto”, o el hecho de llamar a alguien “buenecito” para decir que tiene segundas intenciones o que no todo lo hace con esa bondad que nos hace ver: “va de buenecito, pero fíate de él o de ella” ¿no lo hacéis escuchado, dicho o pensado nunca? Nos cuesta ver la bondad en la gente, nos cuesta ver que la gente sea buena por naturaleza, cuando alguien lo es, enseguida, pensamos que es alguien débil, ingenuo o que no nos lo podemos creer al primer “golpe de vista” (vamos, como he dicho anteriormente, que tiene doblez).
Sin embargo, la BONDAD, es algo valioso en nuestra vida, es algo que debemos valorar más y poner en auge en nuestra sociedad. No me cabe duda de que la bondad es buscar el bien de todos por encima de cualquier mal, por encima de todo. Las personas buenas nunca ocultan la verdad, conoce la verdad de la realidad. Por eso, llaman al pan, pan; al bien, bien; y al mal, mal. El bondadoso tiene el coraje y la osadía de enfrentarse al mal, pero… a base del bien. Lo que quiere, sin cerrar los ojos a la realidad, es que prevalezca la bondad y no la maldad, vencerla a base del bien y nunca dejarse llevar por “el ojo por ojo y mal por mal”. Es, en definitiva, poner en práctica, lo que Jesús nos pide en el Evangelio: “a quien te pide prestado, dale” “pon la otra mejilla”, “ama a quien te hace mal o no te quiere, a tus enemigos”, “devolver bien por mal” ¿Es esa la concepción que tenemos de bondad en nuestra vida? ¿Es esa la manera de vivir que hemos adoptado o estamos lejos de ser las personas bondadosas que Dios quiere que seamos todos y cada uno de nosotros?
Este tipo de persona bondadosa, justa, amable y afable era SAN JOSÉ, a quien hoy estamos celebrando. Como he dicho, anteriormente, poco sabemos de él, ni siquiera cómo falleció. Pero lo poco que sabemos es que se trata de un hombre bueno y justo como manifiestas sus acciones.
Fijaos, san José, se convierte en el esposo de la virgen María después de aceptar las explicaciones de Dios y haber aceptado su voluntad. La “papeleta” de José no era fácil. Se trataba de un hombre judío, por sus leyes, estaba obligado a repudiar a María puesto que ella estaba embarazada sin haber estado casada con él. Lo primero que decide es hacerlo en secreto para no hacer daño a María ¿Cuándo nosotros nos sentimos engañados por alguien actuamos de la misma manera o lo pregonamos a grandes voces a la gente de nuestro entorno? y NO HABLO DE INFIDELIDADES MATRIMONIALES QUE EN ESTE CASO NO SE DA. Cuando nos sentimos engañados no solemos actuar con la bondad que José lo hizo. Quería repudiarla en secreto para que María no sufriese la lapidación que marcaban las leyes judías, todo un detalle por parte de José, que no lleva a cabo por su fe en Dios. Un Dios que se le aparece y en sueños le explica que el hijo de María es el Hijo de Dios y que él se convertiría en su padre en la tierra. Y José ¿qué hace? ACEPTA. Acepta sin incredulidad, ni reproches. Sin condiciones ni barrera, se entrega por completo a la voluntad de Dios como meses antes hizo María cuando el ángel Gabriel se le apareció para darle la Buena Noticia. Vemos por tanto que José es un hombre bueno y justo que, como hemos dicho anteriormente, sabe ver la realidad de las cosas y llamarlas por su nombre actuando en consecuencia y con la bondad como máximo exponente de su vida.
Pero vemos en él como acoge a Jesús y cómo lo educa. Como lo ama y da la vida por él, por lo tanto, José tiene que convertirse para nosotros en modelo de entrega, de bondad, de acogida de la Palabra de Dios y, como no, en modelo de acogida a los demás. Vemos que en la bondad manifestada por José la BONDAD Y EL AMOR van íntimamente unidos en la vida.
Hoy quiero tener un especial recuerdo por todos esos matrimonios que pasan dificultad. Quiero recordar a todas esas mujeres que mueren a manos de sus parejas. ¡Cuántos “san Josés” hacen falta en nuestro mundo! No voy a entrar en ningún debate porque, hoy por hoy, son muchas las mujeres que mueren a manos de sus maridos, muchas, muchísimas. A la inversa no ocurre y eso hay que denunciarlo. No entro, ni entraré en política, NO ES MI TERRENO GRACIAS A DIOS. SOY SACERDOTE Y POR LO TANTO SIEMPRE DENUNCIARÉ CUALQUIER MUERTE. NADIE PUEDE MATAR A NADIE, NADIE. Hemos visto que al mal hay que devolverle bien y, obviamente, la violencia y el desprecio no es la solución.
Tenemos que acabar con esa lacra que nuestra sociedad está viviendo. Tenemos que acabar con la violencia de género, con ese uso de los hijos que los padre y madres, en muchos casos, hacen para hacerse daño entre ellos. Debemos formar una verdadera familia como san José supo crear con Jesús y María. Debemos intentar formar una verdadera iglesia doméstica, un verdadero lugar, nuestra familia, donde se viva el amor, se enseñe el amor. Como he dicho, la bondad y el amor no se pueden desligar, no pueden separarse.
RECUERDA:
Jesús nos anima a que la bondad, el deseo de hacer el bien, que llevamos en nuestro corazón, venza al mal, porque Él sabe que la bondad nos humaniza, y la maldad nos deshumaniza, y, al final, no nos deja ser felices. Su vida fue una lucha a favor del bien y en contra del mal.
Recordemos el momento de la muerte de Jesús, cuando lo que prevalecía era la maldad de unos hombres en un juicio injusto, vence ese mal, pero no a base de matar a sus enemigos, algo que estaba a su alcance, sino a base de seguir predicando el amor, la verdad, la bondad.
Jesús nos pide que, teniendo en cuenta a san José, su padre, un hombre justo y bondadoso, en nuestro día a día, no dejemos que se cuele en nuestro corazón ni un miligramo de mal, de odio, de venganza… Porque los grandes perjudicados, además de nuestros semejantes, vamos a ser nosotros. Nadie puede ser feliz con malos sentimientos. Nuestro corazón está hecho para la bondad y no para la maldad.
1.- ¿Qué concepto tengo de la bondad en mi vida?
2.- ¿Vivo la bondad de la misma manera que lo hacía José, hasta sus últimas consecuencias?
3.- ¿Qué actos, sentimientos, pensamientos, acciones me impiden ser una persona buena y bondadosa como los fue san José?
¡Ayúdame, Señor, a ser una persona buena y bondadosa! ¡Ayúdame a saber valorar la bondad!