20 de
abril de 2020.
LUNES
II DEL TIEMPO DE PASCUA
CICLO
A
(SOLEMNIDAD
SAN VICENTE FERRER. PATRONO PRINCIPAL DE LA COMUNIDAD VALENCIANA)
¡Paz
y bien!
Del
Santo Evangelio según san Marcos (Mc. 16, 15-18)
“ID POR TODO EL MUNDO Y PROCLAMAD EL EVANGELIO A TODA LA
CREACIÓN”
En aquel tiempo se apareció Jesús a los
Once y les dijo: Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio a toda la
creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se
condenará. Estas son las señales que acompañarán a los que crean: en mi nombre
expulsarán demonios, hablarán en lenguas nuevas, agarrarán serpientes en sus
manos y aunque beban veneno no les hará daño; impondrán las manos sobre los
enfermos y se pondrán bien.
Hoy celebramos la solemnidad de san Vicente
Ferrer. Religioso dominico que anduvo por medio mundo dando a conocer el
mensaje de Cristo a toda la creación, cumpliendo así con la misión que Jesús
hoy nos encomienda en este evangelio que acabamos de leer: “id por todo el
mundo y proclamad el evangelio a toda la creación”. Además, siempre lo
hacía en “llemosí” un dialecto muy parecido al valenciano. A pesar de
predicar en esa lengua a lo largo del mundo todo el mundo le entendía. Esto
deja constancia de la universalidad del lenguaje de Dios, de la universalidad
del Amor. Cuando hablamos de Dios, sea el idioma que sea, se entiende. Pero
dejando de lado este aspecto lingüístico vayamos a lo verdaderamente
importante: ¿nosotros también proclamamos el Evangelio de Cristo con nuestra
vida? ¿Nuestras obras son reflejo de esta predicación? ¿Somos de los que
hablamos mucho, pero hacemos poco?
Estamos en Pascua, esto supone que estamos
viviendo un tiempo de celebración. Un tiempo de fiesta, un tiempo donde vivimos
aún más, si cabe, la resurrección de Cristo, algo que debería vivirse a lo
largo de Cristo porque si no experimentamos esta resurrección en nuestra vida
¿qué Evangelio vamos a proclamar? ¿qué mensaje voy a testimoniar si no vivo mi
cercanía a Dios desde su Resurrección? Y por otro lado ¿llega mi testimonio a
todo el mundo o hace excepciones?
No podemos dudar que somos limitados y que
nuestra entrega muchas veces se ve superada por nuestros egoísmos y pecados. No
podemos olvidar que, francamente, somos limitados y no siempre vamos a
conseguir hacerlo bien, pero esto lejos de desanimarnos debe ponernos en
camino, en camino de conversión. En ese camino que al andar nos lleve a ser
cada día mejores. Lejos del desánimo esta limitación nuestra debe llevarnos a
su reconocimiento, para ponerla en manos de Dios y así con su fuerza y nuestra
constancia superarla para poder llegar a todas las personas que habitan en este
mundo ¿es esta nuestra situación? ¿Reconocemos nuestra limitación e intentamos
superarla o nos dejamos vencer por el desánimo y abandonamos esta misión que
Jesús nos encomienda?
Siempre lo digo, porque así lo pienso, es
maravilloso que Dios siendo Todopoderoso quiera necesitar de nuestra limitada
ayuda. Es maravilloso que Dios quiera necesitar de mí y de ti. Eso debería
motivar nuestra entrega, eso debería motivar poner nuestra vida al servicio del
Evangelio. ¿Estamos motivados a entregar nuestra vida a tal fin? ¿Estamos
motivados a llegar a todas las personas que nos rodean? Ojalá que como san
Vicente Ferrer nosotros vayamos por todo el mundo anunciando el Amor, el
Evangelio y la Salvación de Dios.
RECUERDA:
Como cristianos estamos llamados a ser
testigos y testimonio del amor de Dios en nuestros ambientes, en nuestra
sociedad. Estamos llamados a no dejarnos llevar por el ambiente social en el
que vivimos donde Dios pasa a un segundo plano, sino que debemos ponerlo de
manifiesto siempre y en todo momento. Vivir sin miedo, sin en el temor de ser
tachados de antiguos o de sectarios por el hecho de ser cristianos. Ser
servidores del Evangelio significa poner a Cristo Resucitado en medio de
nuestra vida y vivir siempre su voluntad, dar a conocer su voluntad y hacerla
realidad con nuestras obras y palabras.
1.- ¿Estoy dispuesto a cumplir con esta misión
que Dios me encomienda con Cristo?
2.- ¿Soy testigo y testimonio de Dios?
3.- Mis limitaciones ¿me llevan al desánimo o
resignación o las vivo como un impulso para poder llegar a donarme con plenitud
a las necesidades de los demás?
¡Ayúdame,
Señor, a anunciar al mundo entero tu Evangelio!